Recibido: 28 de Abril de 2025
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Los autores declaran que no existen conflictos de intereses relacionados con el artículo.
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Aprobado: 25 de Mayo de 2025
Derechos de Autor:
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Cómo citar (APA, séptima edición):
Jiménez Sánchez, C. y Curbelo Cruz, M. (2025). El Multiculturalismo: Modelo de gestión de la diversidad cultural en Canadá. Revista Científica Universitaria Ad Hoc, 6 (3), 5-15.
introducción
Los vikingos europeos protagonizaron los primeros contactos con el continente americano. Si bien en Canadá estos tuvieron lugar entre los siglos X y XI, no fue hasta el siglo XV que se considera iniciado, oficialmente, el proceso de colonización. El descubrimiento de Canadá se le atribuye a Inglaterra, tras la llegada de John Cabot a la península de El Labrador en 1497. El posterior arribo de exploraciones francesas (1524) marcó la paulatina convergencia de estas dos potencias colonizadoras en el área. Su estancia y el consiguiente asentamiento poblacional estuvieron marcados por contradicciones y enfrentamientos por el dominio del territorio.
No obstante, no fueron ni los franceses ni los ingleses los primeros pobladores de Canadá. El enfrentamiento entre estas dos potencias por el dominio de todo el territorio involucró también a los pueblos indígenas, cuya existencia y derechos legítimos e igualitarios se reconocen en la Constitución de 1982 (Deparment of Justice, 2013). Al igual que otros procesos colonizadores, este no estuvo exento de la intención de asimilación cultural y la subordinación de los grupos originarios. En cambio, la incorporación pacífica de estas minorías a la sociedad sería uno de los primeros rasgos distintivos de la política de integración adoptada por Canadá una vez constituida como Confederación independiente (1857).
La presencia de estos tres componentes etnoculturales determinó la naturaleza heterogénea de la identidad canadiense. A este panorama diverso se incorporarían nuevos elementos, resultantes de las oleadas migratorias del siglo XIX. En este contexto, se afianzó la concepción de respeto y reconocimiento a la confluencia de diferentes culturas en el territorio en igualdad de derechos y se promovió, en torno a ello, la conformación de estrategias gubernamentales de gestión de la diversidad. Como resultado, la esencia nacional radica en un mosaico cultural equilibrado.
La década del 60 del siglo XX representó un desafío para el arraigo y desarrollo de ese modelo etnocultural. Precisamente, el apego y la defensa de lo autóctono implicaron la exacerbación del nacionalismo en Quebec, lo que devino en una flexibilización política con el fin de mantener la concepción de una nación unitaria. De esto se derivan libertades jurídicas y la ampliación de los preceptos de gobierno como la declaración del bilingüismo.
Los rasgos anteriores definieron la existencia del multiculturalismo en Canadá, el cual, más allá de su categorización estricta de reconocimiento a la presencia de varias y diferentes culturas, sería declarado en 1971 como una política y principio de gobierno. En este sentido, el multiculturalismo como fenómeno o rasgo de la sociedad canadiense, ampliaba su categorización y constituía una base de la política de la nación defendida hasta la actualidad.
El Multiculturalismo1 promueve la diversidad cultural y constituye una condición para asegurar un trato igualitario a todas las comunidades en el ámbito político. Su particularidad es que enlaza los derechos diferenciados de los grupos con un equitativo tratamiento de ciudadanía, y fomenta el desarrollo cultural de las minorías. Desde esta perspectiva, el Multiculturalismo, sustentado en un sistema de leyes y programas, pretende favorecer el acomodo y preservación de las minorías de diverso origen cultural y étnico en función de lograr una armonía de la diversidad predominante.
Por ello, el siguiente trabajo se propone analizar el impacto del Multiculturalismo como política de Estado para gestionar la diversidad cultural en Canadá.
Para el estudio, se partió de una amplia revisión bibliográfica, apoyada en la utilización de métodos científicos de los niveles teóricos y empíricos, cuya interacción dialéctica posibilitó la elaboración de un constructo teórico y el procesamiento de la información en función del tema a abordar. Asimismo, se empleó el análisis histórico-lógico para profundizar en las causas de la diversidad cultural canadiense y la evolución del concepto multiculturalismo hasta ser concebido como pilar de la política del país. También, para reflejar los resultados de la investigación se empleó el método análisis-síntesis. Se tuvieron en cuenta, además, las entrevistas y encuestas realizadas a especialistas en el tema y académicos del país y la región, seleccionados de forma no aleatoria, lo cual aportó un enfoque científico y una nueva interpretación del vínculo entre la cultura y la política.
desarrollo
La cultura canadiense es, en esencia, heterogénea desde el período de colonización. Por ello, es considerado un país multicultural, caracterizado por la diversidad étnica, religiosa y lingüística. Por definición, Canadá es un país poliétnico y multinacional. La primera de estas categorías está determinada por la existencia de múltiples minorías producto de las migraciones; y la segunda responde a la participación de dos naciones, Inglaterra y Francia, en su proceso fundacional, además de los pueblos indígenas, lo que determinó la convergencia de nacionalidades diferentes dada la conformación de Quebec (Aguirre, 2014).
La particularidad de Canadá radica en la asimilación social y la gestión estatal de la diversidad cultural. Desde ambas perspectivas se maneja una concepción de respeto y confluencia de todas las culturas, y su inserción e interacción equilibrada en el escenario social. En función de ello, resulta destacable la capacidad de integración de estos factores y, sobre esa base, la conformación de un modelo etnocultural que sustenta la proyección de Canadá como una nación unitaria.
En consecuencia, lo distintivo de la identidad nacional canadiense respecto de otras en el mundo, donde prima una articulación cultural, es caracterizarse por aglutinar de forma armónica lo autóctono de las diferentes culturas y minorías sociales del país, además de ofrecer una visión de unidad. No existe, por tanto, una fragmentación ni subordinación cultural en Canadá, sino un reconocimiento y preservación de su esencia social multicultural (Azurmendi, 2005).
Dentro de la teoría liberal, la concepción clásica del Estado-nación plantea la identidad como única e indivisible, por lo tanto, los grupos “diferentes” o minoritarios presentes en el territorio se percibían como un atentado a la estabilidad que propugnaba este sistema (Aguirre, 20142 ). En consonancia con las transformaciones globales a partir del siglo XIX, se plantea como necesidad la conformación de Estados multiculturales capaces de lidiar con la diversidad cultural mediante la aplicación de políticas diferenciadas, pero que perpetuaran, en esencia, los derechos universales.
La historia de Canadá fue un parteaguas de la nueva legitimidad y en la forma en la que se desarrolló la integración de las pequeñas comunidades en un concepto de sociedad única. Una de las primeras muestras de gestión de la diversidad en Canadá fue el tratamiento de la migración y su incorporación en perfecto equilibrio a la sociedad. El hecho de que la sociedad canadiense haya sido heterogénea desde sus raíces favoreció este proceso, no exento de contradicciones internas y críticas desde la investigación científica como la aplicación de una política de migración selectiva de acuerdo a los preceptos culturales ya existentes en el país. En cambio, la acertada integración del factor migratorio al entramado cultural potenció a Canadá como referente mundial y afianzó su condición multicultural.
En este sentido la migración, por su condición tradicional en esta nación norteamericana, se convirtió en un factor esencial en la formación de la sociedad y economía canadiense. De esta forma, el constante flujo de extranjeros se convirtió en un pilar fundamental, moldeando el desarrollo demográfico, cultural y económico. Muestra de esto es el papel desempeñado por migrantes chinos, ucranianos británicos e irlandeses en la construcción del Canada Pacific Railway (Library and Archives Canada, 2021), así como el hecho de que los inmigrantes representan actualmente casi el 100% del aumento de la fuerza laboral canadiense (Statistics Canada, 2023).
En la década del 60 del siglo XX, la interpretación a lo interno de Canadá como nación multicultural se acentuó frente al ascenso del nacionalismo quebequés, el cual devino en principal contradicción del escenario político de la época. En este período se inicia un proceso de renovación denominado “Revolución tranquila”, que pretendía modernizar Quebec, por lo que se consolida su identidad y se aspira a una mayor autonomía del gobierno federal (Olguín, 2022).
Quebec fue uno de los primeros asentamientos franceses en territorio canadiense, fundado específicamente en 1608, y se ha caracterizado a lo largo de la historia por mantener la cultura francófona. La imposición de la identidad anglófona, predominante en el escenario nacional, y el hecho de ser reconocidos como ciudadanos iguales o sujetos de derecho dentro de la Commonwealth, supone para la comunidad franco-descendiente una ruptura con el concepto de reconocimiento y respeto a su identidad específica y al principio de integración cultural de la nación. El rechazo a lo anterior condujo a la formación y profundización de un sentimiento de nacionalismo que ha provocado incluso intentos de separatismo, lo que implica una autoexclusión y la reclamación de independencia política (Mendoza, 2013).
La postura asumida por Quebec representó un potencial peligro para el programa de integración cultural que se gestaba en el Gobierno canadiense y potenció la consolidación de un modelo de gestión. Por ello, esta región ostenta un tratamiento especial dentro de la política multicultural, en función de asegurar la prevalencia de la imagen unitaria del país; no obstante, aún constituye un desafío para la misma. Sobre esta base, la región francófona quedó reconfigurada bajo el desarrollo del interculturalismo3 pues, desde su perspectiva, el multiculturalismo no consideraba su condición histórica dentro del sistema político canadiense.
La integración progresiva de Quebec partió del análisis del bilingüismo y el biculturalismo: el primero de estos elementos se solventó tras su aprobación, en 1969, como característica oficial del Estado, y el segundo quedaría enmarcado dentro del multiculturalismo, por reconocerse también la influencia de otros factores étnicos, culturales y religiosos en el país (Dávila, 2013; Helly, 2007). Igualmente, ante la imposibilidad de un referendo constitucional, la solución descansó en medidas infraconstitucionales que incluyeron el reconocimiento de esta región como nación dentro de un Canadá unido, su participación en la UNESCO y la posibilidad de seleccionar sus propios inmigrantes. La flexibilización de las políticas gubernamentales y jurídicas del sistema federal refuerza la promoción de los valores centrales de la cultura y la política canadiense, y reafirman la institucionalización de las diferencias en la sociedad.
En este contexto, el interculturalismo constituyó una herramienta de gestión para solventar la cuestión de Quebec; sin embargo, el modelo de gobierno canadiense prevaleció fundamentado en el multiculturalismo. Ello responde a que, si bien ambas perspectivas poseen puntos comunes en cuanto al reconocimiento de la diversidad, el multiculturalismo se posiciona como modelo de gestión frente a la mera convergencia de distintas esencias culturales. Por ende, el interculturalismo quedó contenido como corriente política dentro del Multiculturalismo.
Canadá se declaró oficialmente como país multicultural en 1988 mediante la aprobación de la Canadian Multiculturalism Act o Ley del Multiculturalismo. El grado de adaptación y concientización de dicha multiculturalidad devino en su declaración oficial como política, aunque ya desde 1971 esta categoría había adoptado carácter de política estatal para la gestión de la diversidad cultural a través del Programa de Multiculturalismo (Helly, 2007). Este programa de sostenimiento de las culturas minoritarias se refuerza en el valor que supone la diversidad cultural de una comunidad y el hecho de que los individuos valoren pertenecer a la misma.
Como resultado, el valor de la identidad de la comunidad y su diversidad cultural se sostiene en la necesidad de proteger y preservar las minorías. Al ser parte de la política del Gobierno, todas las instituciones federales deben asegurar igualdad de oportunidades para obtener empleo a toda la población canadiense; promover políticas, programas y prácticas que refuercen la participación activa de las comunidades y sus miembros en la vida política, económica y social; y hacer uso apropiado de las habilidades lingüísticas para propiciar el entendimiento entre el Estado y los representantes de las minorías (Azurmendi, 2005).
Si bien el Multiculturalismo tiende a ser interpretado como el respeto ilimitado a la diversidad y el relativismo cultural4 , esta política defiende la práctica cultural sometida a un grupo de principios y valores básicos de la sociedad que se encuentran por encima de la diversidad. Esta cuestión implica la tolerancia cultural dentro de los márgenes de un núcleo central de preceptos ciudadanos. En consecuencia, el Multiculturalismo constituye un instrumento de conciliación de identidades diversas que fortalece la cohesión y la unidad de la sociedad. Esos valores fundamentan, a su vez, la declaración de Canadá como nación unitaria. Algunos de los elementos que rigen la identidad canadiense son la democracia como forma de organización política, el compromiso con la comunidad y el propio multiculturalismo.
La política objeto de estudio se encuentra respaldada en leyes y acciones gubernamentales que refrendan la perspectiva de integración de Canadá. En esta línea se cita la creación del Ministerio de Multiculturalismo, en 1973, con la función, precisamente, de promover el desarrollo de las culturas convergentes en el país, propiciar su integración y velar por su preservación. En 1982, la Constitución incluía la Carta Canadiense de Derechos y Libertades, la cual abogaba por la protección de los derechos lingüísticos, culturales y la lucha contra la discriminación. Posteriormente, en 1988, la Ley de Multiculturalismo refrendaba este fenómeno como principio básico del Estado y se sumaba a los preceptos de documentos anteriores en cuanto a la visión y gestión de la heterogeneidad cultural (Helly, 2007).
De tal forma quedaron plasmados y se dio respuesta a las principales exigencias de las minorías canadienses: exenciones a leyes que penalicen o dificulten sus prácticas culturales, asistencia financiera para la realización de programas que fomenten la conservación de la identidad cultural de los grupos, respeto a las reglas internas que regulan la conducta de los miembros de la comunidad, reconocimiento de las prácticas jurídicas de las minorías en el sistema de las mayorías, representación en los órganos legislativos del Estado y demandas simbólicas relacionadas con sus prácticas culturales.
Además de la legitimidad de la multiculturalidad y del Multiculturalismo como política canadiense, el proceso de reconocimiento llevó aparejada la implementación de medidas que lo sustentaran; entre ellas: la adopción del Multiculturalismo en los planes de estudio de la educación en sus diferentes niveles, la inclusión de representación y sensibilidad étnica en las regulaciones sobre medios de comunicación públicos, la posibilidad de exención en los códigos de vestimenta, la legalización de días festivos, la aceptación de la doble nacionalidad, el apoyo económico a organizaciones étnicas, la financiación de la educación bilingüe y la enseñanza de la lengua materna en los grupos minoritarios. El cumplimiento de estas normas ha generado una nueva interpretación del multiculturalismo como categoría; de ahí que este también sea visto como un ideal, un objetivo, una solución para afrontar la diversidad cultural y facilitar la armonía social.
La política multicultural canadiense condiciona como responsabilidades básicas del gobierno las siguientes: promover el desarrollo e inserción social de todos los grupos culturales que convergen en el territorio, apoyar a sus miembros a superar barreras que limiten esa integración social, favorecer los encuentros e intercambios entre estos grupos culturales bajo el interés de la comunidad nacional y potenciar enteramente la incorporación de la migración como parte fundamental de la diversidad social (Aguirre, 2014). Dicha política ha estado sometida, a lo largo de la historia, a cambios y procesos de necesaria renovación, dado el constante avance de las políticas mundiales de gestión de la diversidad y la multiplicidad de interpretaciones de la categoría multiculturalismo, acompañado del surgimiento de otras que se le contraponen.
En torno a ello, se han creado debates que apuntan al Multiculturalismo como visión centrada únicamente en el tratamiento a las minorías, y no en la explicación del proceso histórico de surgimiento de las mismas y sus causas. Se plantea desde la crítica, que este modelo ignora a las minorías dentro de las minorías; es decir, aquellas agrupadas por raza o género, y las relaciones de dominación y subordinación que se producen entre ellas. Desde esta perspectiva, se coloca a la diferencia cultural como eje y catalizador de los conflictos sociales contemporáneos.
Se asume que el Multiculturalismo se restringe al proceso de integración de forma holística desde la política, desligado de las contradicciones propias que subyacen en un escenario multicultural. Si bien Canadá declara la evolución del Multiculturalismo desde sus orígenes como fenómeno hasta su interpretación política y luego su apropiación como ideología, lo cierto es que se debe profundizar en el establecimiento de sus objetivos y ampliar los mecanismos y áreas de integración más allá de lo social.
La efectividad y eficacia del programa multicultural del Gobierno canadiense, así como la propia concepción de multiculturalidad, se ha visto desafiada, en los últimos años, por la evolución de la sociedad, los procesos de transformación inherentes a sus individuos y al sistema económico y político, y el impacto de las contradicciones que imperan en el escenario internacional. Principalmente a lo interno de Canadá convergen elementos que atentan contra el equilibrio propuesto. Por un lado, Quebec, que cuestiona el reflejo de la esencia del país a partir de políticas multiculturales; por otro lado, los pueblos indígenas y el fenómeno de su reciente migración hacia zonas urbanas; por último, el incremento y diversificación de los migrantes en el territorio.
En este sentido, son muchas las contradicciones que han existido en el proceso de implementación del multiculturalismo como política. Muchos autores plantean que, si bien esta orientación promueve la preservación de culturas minoritarias, en la práctica funciona como un mecanismo de asimilación del sistema liberal canadiense. Bannerji (2000) señala que el multiculturalismo reduce la diversidad cultural a folclor y festivales, sin abordar desigualdades estructurales.
Asimismo, este proceso ha sido criticado por tratar de manera excluyente a las comunidades indígenas, sin respetar su estatus como naciones originarias con derechos inherentes, lo cual contradice lo estipulado en acuerdos gubernamentales sobre autogobierno y reconciliación como la Comisión de la Verdad y Reconciliación (Kymlicka, 2007). Otro de los aspectos importantes que se presenta de manera disruptiva en este proceso es la jerarquía de identidades y el racismo sistémico, donde los migrantes no blancos enfrentan barreras laborales y políticas, a la vez que se priorizan ciertas identidades (europeos) sobre otras (musulmanes y africanos) (Henry & Tator, 2009).
En aras del enfrentamiento a estas desigualdades, en 1997, el Ministerio del Patrimonio Canadiense, antes Ministerio de Multiculturalismo, estableció como objetivos principales de la política multicultural la identidad, la participación cívica y la justicia social (Aguirre, 2014). En estos tres aspectos se centra la gestión estatal de la diversidad, la cual busca preservar la concepción de pertenencia y adhesión cultural al Canadá, unida el desarrollo de las comunidades y su tratamiento justo y equitativo. Sin embargo, se aprecia que se ha logrado poco avance en estos aspectos.
Como seguimiento de la implementación de la política cultural, el Gobierno de Canadá editó entre 2008 y 2010 The Current State of Multiculturalism in Canada and Research Themes on Canadian Multiculturalism, cuyo objetivo fue determinar las áreas en las que se podía fortalecer la aplicación de políticas multiculturales del Estado. Esta iniciativa demostró la posición del Gobierno con respecto a la continua implementación del modelo etnocultural y su mejoría y adaptación en concordancia con las condiciones internas y el escenario internacional (Goverment of Canada Publications, s.f.). El resultado de este análisis y la identificación de los problemas relacionados estuvo reflejado en la edición de 2012 del Programa de Multiculturalismo, el cual planteó como objetivos esenciales de la política de gestión construir una sociedad cohesionada e integrada, apoyar a las instituciones para responder a las necesidades de una población culturalmente diversa y participar en las discusiones internacionales sobre multiculturalismo.
CONCLUSIONES
La sociedad canadiense es heterogénea desde el punto de vista étnico, religioso y cultural desde sus orígenes, lo que determinó la diversidad como principio básico de la identidad nacional. Esto estuvo condicionado por la confluencia de dos potencias europeas, Inglaterra y Francia, en su proceso de conquista y colonización, así como la interacción de ellas y los pueblos originarios. La particularidad de Canadá radica en haber logrado integrar esta multiplicidad de actores sociales y proyectar la imagen del país como una, donde estos confluyen en equilibrio. Con esta concepción, Canadá consigue alejarse de las imperantes posturas mundiales de asimilación cultural.
El incremento de las migraciones hacia Canadá en el siglo XIX y su incorporación al entramado cultural característico del territorio; al igual que la distinción de Quebec y la profundización del nacionalismo de esta minoría francófona, acentuaron la concepción multicultural y multinacional de Canadá. El multiculturalismo se convirtió desde entonces en un fenómeno arraigado a la sociedad como reflejo de la interacción e integración de múltiples y diferentes culturas. Ello devino en la necesidad de una gestión gubernamental sustentada en el establecimiento del Multiculturalismo como política del Estado, la cual, más allá del reconocimiento a la diversidad, debía generar un programa y acciones que fomentaran la preservación de la identidad de las minorías como base de su identidad como nación.
La declaración del Multiculturalismo como política para la gestión de la diversidad cultural propició la creación de herramientas jurídicas para su legitimidad, la constitución de órganos para el ejercicio y control de sus disposiciones y la atribución de nuevas responsabilidades a las instituciones estatales. De esta forma quedó definido un modelo basado en el respeto, la promoción al desarrollo y la conservación de la cultura de las minorías que se extendió a la esfera económica, la educación y la participación política. En esta línea se reconoce el bilingüismo, así como su enseñanza y la de las lenguas nativas; se le confiere igualdad de derechos jurídicos y políticos a todas las minorías sociales, y se favorece el apoyo a las instituciones representantes de las diferentes culturas.
La constante transformación social en el escenario internacional y las contradicciones internas han generado el surgimiento de desafíos que atentan contra la implementación de la política multicultural. Entre ellos destacan la cuestión de Quebec y el tratamiento a la migración y a la población indígena. Sumado al surgimiento de nuevas categorías e interpretaciones, el multiculturalismo, en concordancia, sufre una necesaria renovación y flexibilización de sus objetivos en función de preservar su esencia integracionista.
El proceso de aplicación de las políticas multiculturales ha estado marcado de contradicciones inherentes al sistema liberal canadiense, donde se ha discriminado y marginalizado a sectores migrantes como los africanos y musulmanes, y se ha priorizado la inmigración de sujetos provenientes de Europa, dividiendo esta migración en claros sectores y clases de interés para el Estado canadiense.
Referencias
Bibliografía
Notas
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• Quisicuaba [@quisicuaba]. (2023a, 20 de enero de 2023). Visita del antropólogo francés Máxime Toutain a Quisicuaba. https://www.instagram.com/quisicuaba?igsh=MXRtcWR6bm90YjZxbw==
• Quisicuaba [@quisicuaba]. (2023b, 16 de febrero de 2023). Visita de la ministra de Cultura, Artes y Patrimonio de la República Democrática del Congo, Caterine Kathunga Furaha. https://www.instagram.com/quisicuaba?igsh=MXRtcWR6bm90YjZxbw==
• Quisicuaba [@quisicuaba]. (2023c, 19 de abril). Visita de los médicos residentes de la Universidad de Granada, Guillermo García y Abelardo Martín Galán. https://www.instagram.com/quisicuaba?igsh=MXRtcWR6bm90YjZxbw==
• Quisicuaba [@quisicuaba]. (2023d, 27 de junio). Visita del artista estadounidense Jonathan Hoard. https://www.instagram.com/quisicuaba?igsh=MXRtcWR6bm90YjZxbw==
• Quisicuaba [@quisicuaba]. (2023e, 9 de junio). Visita de Josep Puxeu Rocomora. https://www.instagram.com/quisicuaba?igsh=MXRtcWR6bm90YjZxbw==
• Quisicuaba [@quisicuaba]. (2023f, 24 de julio). Visita de niñas, niños y adolescentes del proyecto “Pueblos Amigos del Mundo”. https://www.instagram.com/quisicuaba?igsh=MXRtcWR6bm90YjZxbw==
• Quisicuaba [@quisicuaba]. (2023g, 14 de octubre). Visita de las eurodiputadas Mónica Silvana González, Sabrina Pignedoli, Ana Miranda Paz y el asistente Pablo Luciano Sanjorge. https://www.instagram.com/quisicuaba?igsh=MXRtcWR6bm90YjZxbw==
connect/403edb0044639570ad11bde307648e49/EEE19-badillo-politicas-publicas-accion-cultura-lexterior-espana+.pdf?MOD=AJPERES&CACHEID=403edb0044639570ad11bde307648e49
Prensa Latina. (25 de octubre de 2023). Cuba presente en encuentro regional de educación y cultura. https://archivo.prensa-latina.cu/2023/10/25/cuba-presente-en-encuentro-regional-de-educacion-y-cultura
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Quisicuaba [@quisicuaba]. (2023a, 20 de enero de 2023). Visita del antropólogo francés Máxime Toutain a Quisicuaba. https://www.instagram.com/quisicuaba?igsh=MXRtcWR6bm90YjZxbw==
Quisicuaba [@quisicuaba]. (2023b, 16 de febrero de 2023). Visita de la ministra de Cultura, Artes y Patrimonio de la República Democrática del Congo, Caterine Kathunga Furaha. https://www.instagram.com/quisicuaba?igsh=MXRtcWR6bm90YjZxbw==
Quisicuaba [@quisicuaba]. (2023c, 19 de abril). Visita de los médicos residentes de la Universidad de Granada, Guillermo García y Abelardo Martín Galán. https://www.instagram.com/quisicuaba?igsh=MXRtcWR6bm90YjZxbw==
Quisicuaba [@quisicuaba]. (2023d, 27 de junio). Visita del artista estadounidense Jonathan Hoard. https://www.instagram.com/quisicuaba?igsh=MXRtcWR6bm90YjZxbw==
Quisicuaba [@quisicuaba]. (2023e, 9 de junio). Visita de Josep Puxeu Rocomora. https://www.instagram.com/quisicuaba?igsh=MXRtcWR6bm90YjZxbw==
Quisicuaba [@quisicuaba]. (2023f, 24 de julio). Visita de niñas, niños y adolescentes del proyecto “Pueblos Amigos del Mundo”. https://www.instagram.com/quisicuaba?igsh=MXRtcWR6bm90YjZxbw==
Quisicuaba [@quisicuaba]. (2023g, 14 de octubre). Visita de las eurodiputadas Mónica Silvana González, Sabrina Pignedoli, Ana Miranda Paz y el asistente Pablo Luciano Sanjorge. https://www.instagram.com/quisicuaba?igsh=MXRtcWR6bm90YjZxbw==
Bibliografía
NOTAS
Canadá, Alemania, Comisión Europea, Francia, Italia, Japón, Reino Unido, Estados Unidos, Australia, Austria, Bélgica, Luxemburgo, Holanda, España, Suecia, Suiza.
El GAFIC surgió como resultado de las reuniones convocadas en Aruba, en mayo de 1990, y en Jamaica, en noviembre de 1992. Fue creado con el objetivo de lograr la aplicación efectiva y el cumplimiento de las diecinueve Recomendaciones particularmente elaboradas por ellos, así como las Cuarenta Recomendaciones del GAFI. Hacia el año 2000, su membresía estaba compuesta por: Anguila, Antigua y Barbuda, Aruba, Bahamas, Barbados, Belice, Bermudas, Islas Vírgenes Británicas, Islas Caimán, Costa Rica, Dominica, República Dominicana, Granada, Jamaica, Montserrat, Antillas Neerlandesas, Nicaragua, Panamá, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Surinam, Islas Turcas y Caicos, Trinidad y Tobago y Venezuela.
El PC-R-EV fue creado por interés del Comité de Ministros del Consejo de Europa, en coordinación con el GAFI, con el fin de llevar a cabo ejercicios de autoevaluación y evaluación mutua de las medidas contra el LA vigentes en los veintidós países del Consejo de Europa que al momento no contaban con membresía en el GAFI.
El GAP estuvo compuesto inicialmente por Australia, Bangladesh, Taipei Chino, Hong Kong, Japón, Nueva Zelanda, República Popular China, Filipinas, Singapur, Sri Lanka, Tailandia, Estados Unidos y Vanuatu (FATF, 1997, p. 25).
En 1997, se desarrolló la Primera Conferencia sobre Blanqueo de Dinero en África Austral y Oriental. Como consecuencia de esta última, y como resultado de una Reunión de Ministros y Representantes de Alto Nivel, celebrada en Arusha, Tanzania, los días 26 y 27 de agosto de 1999, se logró la creación del ESAAMLG, coordinado inicialmente por Tanzania y con una composición de catorce Estados miembros de la región: Botsuana, Kenia, Lesoto, Malaui, Mauricio, Mozambique, Namibia, Seychelles, Sudáfrica, Suazilandia, Tanzania, Uganda, Zambia y Zimbabue (FATF, 1997, p. 25).
Al momento de su creación el GAFISUD estuvo compuesto por: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay.
Entre las organizaciones con las que intercambió el GAFI en el periodo 2001-2011 se encuentran: Banco Africano de Desarrollo, Grupo Egmont de Unidades de Inteligencia Financiera, el Banco Central Europeo (BCE), la Asociación Internacional de Supervisores de Seguros (IAIS), el Comité Interamericano contra el Terrorismo de la Organización de Estados Americanos (OEA/CICTE), la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), el Comité contra el Terrorismo del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
El GEA fue creado en Moscú, el 6 de octubre de 2004, con una composición inicial de seis países miembros: Bielorrusia, Kazajstán, Kirguistán, la República Popular China, la Federación Rusa y Tayikistán.
El MENAFATF, se fundó en Manama (Bahrein), el 30 de noviembre de 2004, con una composición inicial de 14 países miembros: Arabia Saudí, Argelia, Bahréin, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Kuwait, Líbano, Marruecos, Omán, Qatar, República Árabe Siria, Túnez y Yemen.
El EBR exige que los países adapten su sistema ALA/CFT a la naturaleza de sus riesgos particulares, permite aplicar medidas reforzadas cuando los riesgos sean mayores y medidas simplificadas cuando sean menores. Como resultado, los países podrán optimizar sus recursos para detectar delitos financieros, adoptar medidas coercitivas y aplicar medidas preventivas que correspondan a los riesgos de sectores o actividades concretos. (FATF, 2012, p. 16) Dicho enfoque abarca no solo las instituciones financieras de los países, sino también las APNFD, sí realizan prestación de servicios financieros, por lo que están sujetas a las Recomendaciones del GAFI (Gómez, 2022, p. 42).
El Grupo Egmont se creó en 1995 para facilitar la cooperación entre entidades, actualmente conocidas como Unidades de Inteligencia Financiera (UIF), en la lucha contra el lavado de activos. Con el paso del tiempo, la misión de las UIF y del Grupo Egmont se ha ampliado de manera que fueron también incluidos los delitos precedentes asociados y el financiamiento del terrorismo. El Grupo Egmont se dedica y consagra a la colaboración y cooperación internacional entre las UIF. (Egmont Group of Financial Intelligence Units, 2014, p. 3)
El término sanciones financieras dirigidas significa tanto el congelamiento de activos como las prohibiciones para prevenir que los fondos u otros activos sean suministrados, directa o indirectamente, para el beneficio de las personas y entidades designadas. (Grupo de Acción Financiera Internacional [GAFI], 2012, p. 129)
El GABAC es un organismo de la Comunidad Económica y Monetaria de África Central y al momento de su inserción en el GAFI, estaba compuesto por: Camerún, República Centroafricana, Chad, Congo, Guinea Ecuatorial y Gabón. Se creó en 2000 con el mandato de luchar contra el blanqueo de dinero y la financiación del terrorismo, evaluar el cumplimiento de las normas del GAFI por parte de sus miembros, proporcionar asistencia técnica a sus Estados miembros y facilitar la cooperación internacional.
Se refiere a innovaciones financieras propiciadas por la tecnología que podrían dar a lugar a nuevos modelos de negocio, aplicaciones, procesos o productos con un efecto sustancial sobre los mercados y las instituciones financieras y la prestación de servicios financieros. (Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, 2018, p. 5)
El término RegTech hace referencia a un conjunto de empresas y soluciones que aúnan la tecnología y la normativa para abordar los requisitos normativos en todos los sectores, incluidos los servicios financieros. (Banco Bilbao Vizcaya Argentaria , 2016, p. 1)
Los Papeles de Panamá han sido considerados la mayor investigación periodística mundial sobre los negocios offshore, ocultos durante décadas. Fue liderada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, a partir de una mega filtración de 11,5 millones de documentos secretos del estudio panameño Mossack Fonseca (Fitz Patrick, s.f.)
REFERENCIASBIBLIOGRÁFICAS
resumen
La historia de Canadá, como la de otros países del continente americano, tiene su origen en la colonización occidental. No obstante, la presencia de dos potencias colonizadoras, Gran Bretaña y Francia, le imprimió particularidades al proceso de formación de su nacionalidad. Tras las oleadas migratorias del siglo XIX, Canadá fomentó la asimilación e inserción de las culturas externas al panorama social, separándose así de la política de exclusión asumida por Estados Unidos y Europa. Desde entonces, la heterogeneidad ha sido esencia de la identidad canadiense. La gestión estatal de la diversidad cultural propició la creación de un modelo etnocultural basado en la igualdad y el respeto. El aumento del nacionalismo en Quebec en la década de 1960 motivó la conformación de una política de integración sustentada en la adopción del bilingüismo en 1969 y la aprobación del Programa de Multiculturalismo, 1971, la Ley sobre el Multiculturalismo, 1988 y la Carta de los Derechos y Libertades de la Persona, incluida en la Constitución de 1982. La investigación analizará el multiculturalismo como pilar canadiense para la preservación de la diversidad cultural. Esta singularidad le ha permitido proyectarse como una nación unida y promover la cohesión como base de las relaciones internacionales.
Palabras clave: Multiculturalismo, Canadá, identidad, diversidad cultural, gestión estatal.
ABSTRACT
The history of Canada, akin to that of other countries on the American continent, originates from Western colonization. However, the presence of two colonial powers, Great Britain and France, imparted distinct characteristics to the process of national identity formation. Following the waves of migration in the 19th century, Canada promoted the assimilation and integration of external cultures into its social landscape, thereby diverging from the exclusionary policies adopted by the United States and Europe. Since then, heterogeneity has been an essential component of Canadian identity. The state’s management of cultural diversity facilitated the creation of an ethnocultural model based on equality and respect. The rise of nationalism in Quebec during the 1960s prompted the establishment of an integration policy grounded in the adoption of bilingualism in 1969 and the approval of the Multiculturalism Program in 1971, the Multiculturalism Act in 1988, and the Canadian Charter of Rights and Freedoms, which is included in the Constitution of 1982. This research will analyze multiculturalism as a foundational pillar for the preservation of cultural diversity in Canada. This uniqueness has allowed Canada to project itself as a united nation and promote cohesion as a basis for international relations.
Keywords: Multiculturalism, Canada, identity, cultural diversity, state management.