Recibido: 13 de enero de 2025
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Los autores declaran que no existen conflictos de intereses relacionados con el artículo.
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Aprobado: 26 de enero de 2025
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Cómo citar (APA, séptima edición):
Díaz Oyarzabal, J. & Jiménez Sánchez, C. (2025). México hacia el segundo piso de la Cuarta Transformación. Radiografía de una trancisión. Revista Científica Universitaria Ad Hoc, 6 (2), 5-15.
resumen
Desde el 1 de diciembre de 2018, México experimentó un cambio político profundo bajo el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador, quien impulsó la llamada Cuarta Transformación, un proyecto que busca revertir décadas de políticas neoliberales. El Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) abandera esta iniciativa que, con el Humanismo Mexicano como principio, se enfoca en abordar problemas estructurales mediante reformas político-económicas. La nueva presidenta, Claudia Sheinbaum, asume ahora la responsabilidad de llevar adelante el segundo piso de este proyecto, que busca consolidar un Estado democrático y de bienestar, a la vez que encara retos pendientes. Su administración representa una oportunidad para consolidar los logros obtenidos y adaptar las políticas a las necesidades del México contemporáneo, garantizando la continuidad del camino iniciado en 2018.
Palabras clave: Cuarta Transformación, segundo piso, Sheinbaum, López Obrador, Humanismo Mexicano
ABSTRACT
Since December 1st, 2018, Mexico has undergone a profound political transformation under the leadership of Andrés Manuel López Obrador, who has promoted the so-called Fourth Transformation, a project aimed at reversing decades of neoliberal policies. The National Regeneration Movement (Morena) champions this initiative, which, with Mexican Humanism as its principle, focuses on addressing structural problems through political and economic reforms. The new president, Claudia Sheinbaum, now assumes the responsibility of advancing the second phase of this project, which seeks to consolidate a democratic and welfare state while facing ongoing challenges. Her administration represents an opportunity to solidify the achievements made and adapt policies to the needs of contemporary Mexico, ensuring the continuity of the path initiated in 2018.
Keywords: Fourth Transformation, second phase, Sheinbaum, López Obrador, Mexican Humanism
introducción
A lo largo de su historia, México ha experimentado transformaciones internas significativas, en correspondencia con los ciclos históricos que ha atravesado. La presidencia de Andrés Manuel López Obrador, iniciada el 1 de diciembre de 2018, determinó un cambio de paradigma en la política mexicana, marcada por el desgaste de décadas de aplicación de medidas neoliberales bajo los gobiernos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de Acción Nacional (PAN).
La llamada Cuarta Transformación, proceso reformista impulsado por López Obrador desde el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), ha implementado una serie de cambios gubernamentales en respuesta a las problemáticas sociales surgidas durante el periodo neoliberal. Esta transformación se centra en modificar el régimen político, combatir la corrupción y la impunidad que prevalecen en la administración pública, además de implementar programas de bienestar que privilegien a los sectores más desfavorecidos de la sociedad mexicana. Asimismo, la propuesta del Humanismo Mexicano1 constituye el pilar fundamental para el nuevo modelo de gobernanza en el país.
Durante el sexenio de López Obrador, se establecieron las bases para la transformación de la vida pública de México, que tienen su continuidad en la presidencia de Claudia Sheinbaum. En el denominado segundo piso de la Cuarta Transformación se trabaja para la consolidación de este proceso, promoviendo un Estado democrático y de bienestar, y eliminando la corrupción y la impunidad gubernamentales.
Teniendo en cuenta lo planteado anteriormente, esta investigación se propone como objetivo evaluar el impacto y la continuidad de la Cuarta Transformación como proyecto de nación en la administración pública mexicana.
desarrollo
Los resultados de un nuevo modelo de gestión: el Humanismo Mexicano
El 30 de septiembre de 2024, López Obrador finalizó su mandato como presidente de México. Durante su sexenio logró profundizar la Cuarta Transformación, un proyecto de nación que tiene como uno de sus pilares fundamentales al Humanismo Mexicano. Este concepto ha significado un cambio de paradigma en los valores éticos y morales de la nación, así como en el modelo de desarrollo económico. Su implementación se ha traducido en diversas políticas públicas para atender a los sectores más vulnerables y fomentar un desarrollo sustentable que prioriza la justicia y el bienestar social.
El resultado socioeconómico más importante de la administración de López Obrador fue la reducción de la pobreza multidimensional2. De acuerdo con órganos autónomos mexicanos, entre 2018 y 2022, el nivel de pobreza en México disminuyó de 41,9% a 36,3% (Coneval, 2023). Asimismo, las proyecciones del Banco Mundial indican que 8.8 millones de mexicanos salieron de la pobreza, lo que respalda la tendencia a la baja (Banco Mundial, s.f.). Estos números respondieron, principalmente, al aumento del salario mínimo y la implementación de programas sociales en el marco de la Cuarta Transformación.
El aumento real del salario mínimo fue una de las principales tareas de López Obrador. De esta manera, durante su gobierno se estableció un diálogo entre los trabajadores y el sector privado, lo que permitió un incremento sustancial y consensuado de más del 100% en los salarios. En 2018, cuando el exmandatario asumió la presidencia de la República, el salario mínimo era de 88,36 pesos diarios, y al término de su administración se situaba en 248,93 (Conasami, 2024). Esta política salarial, basada en la recuperación del poder adquisitivo de los trabajadores mexicanos, ha contribuido a disminuir la pobreza y las desigualdades, mejorar el ingreso de los hogares e impulsar la demanda interna y un buen desempeño de la economía del país. Igualmente, ha incentivado a los trabajadores a buscar un empleo formal, ya que ofrece mejores condiciones laborales y acceso a prestaciones sociales.
Sobre este último aspecto, hubo algunas mejoras en el comportamiento del mercado laboral durante el sexenio. En agosto de 2024, la población económicamente activa fue de más de 61 millones de personas, de las cuales el 97,3% se encuentra empleada, por lo que la desocupación laboral representa un 2,7%. La tasa de informalidad representa un 54,3% de la población ocupada, una leve tendencia a la disminución con respecto a 2018, cuando se ubicó en el 56,7% (INEGI, 2024). Aunque estos indicadores registraron sus mejores resultados durante el gobierno de López Obrador, el empleo informal persiste como un reto para la política laboral mexicana, pues vulnera la existencia de contratos, prestaciones y el acceso a la seguridad pública.
Asimismo, los programas sociales constituyeron un instrumento de la administración obradorista para mejorar las condiciones de vida de la población. El presupuesto de los Programas para el Bienestar reportó una cifra histórica de 2.7 mil millones de pesos (Programas para el Bienestar, 2024). Los recursos destinados al desarrollo social fueron posibles debido al resultado de las políticas de combate a la corrupción y de austeridad republicana3, aplicadas a partir de 2018. Mediante más de una decena de programas4, se apoyaron a adultos mayores, personas discapacitadas y jóvenes desempleados, así como a la autosuficiencia alimentaria, la educación y la salud públicas.
También, el sexenio del exjefe de Estado se caracterizó por la volatilidad del peso mexicano en el mercado cambiario. El 6 de abril de 2020, la moneda alcanzó un máximo de 25,7 pesos por dólar, influenciada por los efectos de la pandemia de COVID-19. En contraste, entre abril y mayo de 2024, tuvo lugar un fenómeno conocido como el superpeso, cuando el tipo de cambio llegó a su mínimo histórico de 16,26 pesos por dólar. No obstante, el aspecto más importante a destacar en este ámbito es que el exmandatario se convirtió en el primer presidente en no haber devaluado la divisa mexicana desde la década de 1970. En 2018, el tipo de cambio era de 20,40 pesos por dólar, mientras que el 30 de septiembre, último día de la gestión de López Obrador, se situó en 19,61, lo que representa una apreciación del 3,87% frente a la moneda estadounidense (Ámbito, 2024).
Por otro lado, durante el primer semestre de 2024, la Inversión Extranjera Directa (IED) alcanzó los 31 mil millones de dólares (mmdd), monto 7% superior al mismo periodo de 2023. Desde 2020, la IED ha mantenido un crecimiento sostenido, y a partir de 2022 ha marcado máximos históricos con registros superiores a los 35 mmdd. Según proyecciones, esta seguirá siendo una tendencia durante 2025, cuando se reporten más de 39 mmdd (CEFP, 2024). México destaca como uno de los países favoritos de los inversores extranjeros por su capacidad productiva, la fortaleza del mercado interno y estabilidad macroeconómica y política. Además, la manifestación del fenómeno del nearshoring5 también ha favorecido estas cifras.
Otro dato positivo del gobierno que recién concluyó, fueron los números obtenidos en la recaudación tributaria. Durante el sexenio, se acumularon más de 21.8 billones de pesos y se registró un incremento del 16,8%, en comparación con la administración de Enrique Peña Nieto (SAT, 2024). El aumento de los ingresos públicos sin recurrir a la creación de nuevos impuestos o al incremento de los existentes, fue un logro de la implementación del Plan Maestro de Fiscalización y Recaudación.
Esta estrategia contemplaba el crecimiento de las capacidades de recaudación y el combate a la evasión fiscal. Asimismo, se hicieron reorganizaciones legales que impidieron la condonación de impuestos a los grandes contribuyentes. Estos ingresos tributarios sumados a la política de austeridad republicana permitieron lograr un mayor gasto público en infraestructura y programas sociales, sin incurrir en grandes déficits fiscales.
Relacionado con esto último, los proyectos de infraestructura ejecutados en el periodo 2018-2024 respondieron a las necesidades del país y reflejaron la visión de López Obrador de fortalecer el desarrollo nacional. El más emblemático del sexenio fue el Tren Maya, un sistema ferroviario que ha sido presentado como un motor para el crecimiento económico y turístico de México. Otro de los grandes proyectos es la refinería de Dos Bocas, el cual forma parte de una estrategia para reducir la importación de combustibles y aumentar la capacidad de refinación nacional. Asimismo, se construyeron el Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles” y el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec. Estas y otras estructuras buscan fomentar el desarrollo y la conectividad regionales y mejorar indicadores económicos y sociales de las comunidades locales.
De manera general, la actividad productiva presentó su desempeño más bajo en 36 años, a pesar de que la economía logró un crecimiento anual del 1% durante los seis años del primer gobierno de la Cuarta Transformación. Este porcentaje estuvo determinado por la fuerte caída del Producto Interno Bruto (PIB) durante el 2020, cuando se registró un decrecimiento del 8,6% debido a los efectos de la pandemia de COVID-19. No obstante, en los años sucesivos, la gestión administrativa permitió la recuperación económica y se proyectaron crecimientos por encima del 3% (García, 2024). A pesar de esta confrontación de datos, el resultado neto del sexenio se reflejó en la escalada de México en el ranking económico mundial, del lugar 15 al 12, con un PIB estimado en más de 2 billones de dólares, desplazando así a Corea del Sur, Australia y España (FMI, 2024).
Los resultados positivos de la gestión del gobierno de López Obrador han generado un amplio apoyo de la sociedad mexicana hacia el proyecto de nación promovido desde la Cuarta Transformación, lo que ha beneficiado políticamente a Morena y sus aliados. Los resultados de las elecciones del 2 de junio afianzaron a la coalición oficialista Sigamos Haciendo Historia como el principal actor en todos los escenarios político-electorales del país. Así, Sheinbaum contará con el respaldo político del Congreso de la Unión, de 24 de las 32 gubernaturas y de la mayoría de los congresos estatales. Esta correlación de fuerzas le proporciona a la nueva presidenta un entorno favorable para implementar el segundo piso de la Cuarta Transformación, mediante la aprobación de leyes constitucionales que aseguren los intereses de la mayoría del pueblo mexicano y de los sectores estratégicos de la producción económica y los servicios públicos, así como una distribución más justa de la riqueza y el desarrollo de programas sociales e infraestructura en todo el país.
El gobierno de Claudia Sheinbaum entre desafíos y tareas pendientes
En el marco del inicio del sexenio de Sheinbaum, este análisis con base en datos públicos y cifras oficiales, permite identificar los principales resultados de la gestión de López Obrador. Los avances socioeconómicos del primer gobierno de la Cuarta Transformación ofrecen condiciones favorables para la nueva etapa de este proceso. A pesar de las fortalezas políticas y económicas, el nuevo gobierno deberá mantener y profundizar los logros de la administración anterior y enfrentar los retos persistentes y asuntos pendientes de la sociedad mexicana.
El desafío más urgente para el gobierno de Sheinbaum estará vinculado a la seguridad pública. Aunque hubo una intención declarada por parte de López Obrador de enfrentar el crimen organizado, la realidad es que su estrategia de seguridad no obtuvo todos los resultados esperados. Entre 2019 y septiembre de 2024, disminuyó la tendencia de asesinatos anuales6, pero esto no bastó para impedir que México reportara cifras récords de homicidios dolosos. Las víctimas de la violencia durante el mandato del expresidente ascendieron hasta las 196 528 personas, dato que lo confirma como el sexenio más violento de la historia de México (Vela, 2024).
A diez años de la desaparición forzada de los 43 normalistas de Iguala, el esclarecimiento del caso continúa siendo el principal pendiente en materia de seguridad de los políticos mexicanos. Aunque el gobierno de López Obrador logró avances significativos, como la desarticulación de la verdad histórica7 y la calificación de los sucesos como un crimen de Estado, la falta de resolución del caso Ayotzinapa se traduce en un fracaso para proporcionar justicia y verdad a las víctimas y sus familiares. En este escenario, la administración de Sheinbaum debe reconstruir el diálogo con el colectivo de padres de los estudiantes y asumir la responsabilidad de reactivar la investigación con un enfoque renovado que permita avanzar hacia una solución efectiva del caso.
Igualmente, el combate a la corrupción fue central en el discurso de López Obrador. Al finalizar su presidencia, los datos oficiales indican una leve mejoría en este ámbito8. A pesar de los esfuerzos y los avances significativos9, la corrupción sigue siendo un grave problema. Por lo tanto, su manejo constituye otro tema pendiente para la nueva presidenta. Es importante reconocer que tanto la corrupción como la inseguridad son problemas persistentes y sistémicos generados durante el periodo neoliberal, y su erradicación requerirá más de seis años de gobierno, aunque se pueden establecer bases para su solución.
Entre los cambios estructurales en el ámbito laboral propuestos por Sheinbaum se encuentran incrementar el salario mínimo un 12% anual hasta alcanzar el equivalente a 2.5 canastas básicas10 en 2030 y la reducción gradual de la semana laboral de 48 a 40 horas sin afectar la competitividad del sector productivo (Sheinbaum, 2024). Para llevar a cabo estas promesas, la presidenta necesitará entablar diálogos y construir consensos entre los sindicatos y los grupos patronales.
Además, el gobierno de Sheinbaum enfrentará el desafío de consolidar los cambios institucionales derivados de la aprobación de reformas constitucionales, las cuales incluyen al Poder Judicial, la disolución de órganos autónomos, la estructura de la Guardia Nacional y la regulación de empresas energéticas, entre otras. Transformar el entramado institucional del Estado mexicano exige de una gestión capaz de implementar las nuevas disposiciones y de abordar las resistencias inherentes al proceso de cambios en el status quo, así como de generar la confianza y el respaldo de la ciudadanía. La efectividad de la nueva administración para transitar en este panorama determinará el éxito de las reformas y la profundización de la Cuarta Transformación.
En política exterior, el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y su discurso agresivo suponen un desafío a la gobernabilidad de Sheinbaum en su proyección nacional y la estabilidad económica de México. Las amenazas arancelarias, condicionadas a la detención del flujo migratorio y el tráfico de drogas, complejizan el diálogo bilateral. Además, la relación comercial en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) requerirá atención, ya que su revisión está programada para 2026 y la implementación efectiva de los aranceles alteraría significativamente el tratado y las dinámicas regionales de América del Norte. Ante estos retos compartidos, se hace evidente la necesidad de un enfoque colaborativo entre ambos gobiernos para abordar la migración irregular, el narcotráfico y el comercio.
El segundo piso de la Cuarta Transformación: una apuesta por la continuidad con matices
El 1 de octubre de 2024, con la toma de protesta de Sheinbaum, comenzó la nueva etapa de la Cuarta Transformación. En su primer discurso como presidenta, presentó sus 100 compromisos de gobierno y delineó su propuesta política, conocida como el segundo piso de la Cuarta Transformación, la cual representa una apuesta por continuar, actualizar y enriquecer el proyecto de nación iniciado por López Obrador.
La primera manifestación de esta nueva etapa del proceso se concretó en la composición del equipo de gobierno de la presidenta. El nuevo ejecutivo rescata a ocho funcionarios de la administración de López Obrador y a siete que trabajaron con Sheinbaum durante su gestión como jefa de Gobierno de la Ciudad de México. La trayectoria política de esos funcionarios dentro de la Cuarta Transformación deberá garantizar la continuidad de este proyecto político. Además, la jefa de Estado optó por incluir a figuras profesionales y especializadas en sus respectivas áreas de atención y de perfil político independiente. Este elemento contrasta con el gabinete anterior, el cual tenía una formación más política.
Por otro lado, Sheinbaum también incorpora cambios significativos en el gobierno federal que reflejan su enfoque renovador. Con la aprobación de una reforma a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, se avanzó en la creación de tres secretarías de Estado: la Secretaría de Anticorrupción y Buen Gobierno, que reafirma el compromiso de la nueva fase de la Cuarta Transformación en la lucha contra la corrupción; la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, la cual subraya la importancia que Sheinbaum otorga a la ciencia y la investigación para el desarrollo del país; y la Secretaría de las Mujeres, enfocada en promover la igualdad de género y el empoderamiento femenino. Estos cambios en la estructura de la administración federal están alineados con los compromisos asumidos por la presidenta y buscan abordar de manera más efectiva desafíos sociales contemporáneos.
Las políticas con perspectivas de género añaden otro matiz distintivo a la nueva administración. Sheinbaum, como primera mujer presidenta de México, encarna un simbolismo importante en la lucha por la igualdad de género. En los primeros meses de su mandato, la agenda feminista ha sido un eje central en sus acciones con el envío de un paquete de reformas al Congreso, el cual incluyó modificaciones constitucionales que buscan garantizar la igualdad sustantiva y salarial, el combate a la violencia de género y la paridad en todos los cargos de la administración pública. Además, la creación de la Secretaría de las Mujeres en la estructura gubernamental elevó los asuntos de género a rango ministerial. Estas medidas demuestran un compromiso explícito con las reivindicaciones sociales y los derechos de las mujeres y trascienden del discurso a la voluntad política.
En otro orden de ideas, la estrategia energética de Sheinbaum se inscribe en las bases de la política del primer gobierno de la Cuarta Transformación: la soberanía y la seguridad energéticas, la autosuficiencia y la sostenibilidad. Sin embargo, difieren en la búsqueda de un cambio gradual en la matriz energética del país, con un programa de inversión en energías renovables para acelerar la transición energética y en alianza con el sector privado, pero bajo la dirección estatal. Paralelamente, pretende conservar el fortalecimiento de Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), pero sin que contravenga el fomento de energías limpias. La producción de estas empresas estatales solo deberá garantizar la autosuficiencia interna y la soberanía energética. El reto estará en complementar estos objetivos en una estrategia enfocada en la transición energética para enfrentar la crisis climática global.
Otra diferencia notable en la estrategia del segundo piso se observa en el plan nacional de seguridad pública. Este proyecto, más estructurado, define cuatro ejes para construir una paz duradera en el territorio mexicano11. Dos de los ejes bases fueron tomados de la estrategia de López Obrador: atender las causas de la violencia mediante programas sociales para familias vulnerables, especialmente los jóvenes, y restarles base social a los grupos delictivos; y consolidar la Guardia Nacional dentro de la Secretaría de la Defensa Nacional, mediante el mejoramiento de sus capacidades operativas. Asimismo, se añadieron dos elementos novedosos: el fortalecimiento de la inteligencia y la investigación con un nuevo Sistema Nacional de Inteligencia; y la coordinación entre las autoridades federales y los gobiernos estatales en los gabinetes de seguridad, donde también se incluirá a la Fiscalía General de la República.
La llegada de Sheinbaum a la presidencia representa un hito significativo en la evolución de la Cuarta Transformación, con una propuesta que, aunque se basa en los cimientos establecidos por López Obrador, introduce propuestas renovadoras. El nuevo enfoque en la política doméstica del ejecutivo de Sheinbaum sugiere un intento de enriquecer el proyecto político con nuevas perspectivas, las cuales diferenciarán al actual gobierno de su antecesor.
La llegada de Sheinbaum a la presidencia representa un hito significativo en la evolución de la Cuarta Transformación, marcando un momento crucial en el que se busca no solo continuar con las bases establecidas por López Obrador, sino también inyectar propuestas renovadoras que respondan a las demandas contemporáneas del país. Su enfoque en la política doméstica sugiere un intento de enriquecer el proyecto político con nuevas perspectivas, las cuales diferenciarán al actual gobierno de su antecesor y fortalecerán la legitimidad del movimiento al abordar desafíos como la inseguridad, la violencia de género y la sostenibilidad ambiental.
conclusiones
La Cuarta Transformación, impulsada por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, ha tenido un impacto notable en la resolución de las problemáticas generadas por las políticas neoliberales impuestas en las últimas décadas en México. El bienestar socioeconómico, la redistribución de ingresos y la austeridad republicana se convirtieron en pilares de la política interna del país, logrando avances significativos.
Estos resultados socioeconómicos han determinado el apoyo de la ciudadanía al proyecto y su continuidad. Los progresos en materia administrativa y el fortalecimiento de la democracia en el Estado mexicano han acarreado mejoras para México. A saber: la reducción de la pobreza, el aumento del salario mínimo, la estabilidad macroeconómica y el desarrollo de infraestructura y de programas sociales. Los resultados de estas reformas han establecido una base sólida que facilita el ejercicio de la presidencia de Sheinbaum.
De esta forma, el nuevo gobierno se presenta como una oportunidad para consolidar los logros alcanzados y profundizar la Cuarta Transformación mediante la implementación del segundo piso, enfocado en enfrentar los principales desafíos que persisten en la sociedad mexicana. Esta segunda fase asume el compromiso de mantener los principios fundamentales de la Cuarta Transformación, adaptándolas a las realidades y necesidades actuales del país. Asimismo, representa una evolución del proyecto político iniciado en 2018.
referencias
Notas