Recibido: 19 de Julio de 2024
Conflicto de Intereses:
Los autores declaran que no existen conflictos de intereses relacionado con el artículo.
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Aprobado: 19 de Agosto de 2024
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Cómo citar (APA, séptima edición):
Amador Igarza, A.B. et aI. (2024). Evolución de la cooperación indo-rusa en seguridad y defensa (2018-2022). Ad Hoc. 5(13), 29 - 39.
resumen
La cooperación en asuntos de seguridad y defensa entre la India y Rusia posee una naturaleza histórica, en la cual ha existido una estrecha colaboración, priorizada por ambos gobiernos. Entre las áreas donde más se ha evidenciado dicha relación se encuentra el suministro de armamento ruso a Nueva Delhi, pues el país eslavo ha sido, con diferencia, el principal proveedor. Sin embargo, durante los años 2018-2022 se produjo una disminución significativa en las exportaciones de armas rusas al país asiático, fundamentalmente como consecuencia del desarrollo de la industria de defensa india. El carácter negativo de esta tendencia no ha implicado un debilitamiento de las relaciones de cooperación indo-rusas en el sector, sino un acercamiento en otras esferas dentro de este. Para llegar a esta conclusión, la investigación realiza una valoración de las tendencias de la cooperación indo-rusa en materia de seguridad y defensa, específicamente en las áreas de comercio de armas, los proyectos de inversión y desarrollo conjuntos y la realización de ejercicios militares durante el período mencionado.
Palabras clave: India, Rusia, cooperación, seguridad, defensa.
ABSTRACT
The cooperation in security and defense matters between India and Russia has a historical nature, characterized by close collaboration prioritized by both governments. One of the areas where this relationship has been most evident is the supply of Russian armaments to New Delhi, as the Slavic country has been, by far, the main supplier. However, during the years 2018-2022, there was a significant decrease in Russian arms exports to the Asian country, mainly due to the development of the Indian defense industry. The negative nature of this trend has not implied a weakening of Indo-Russian cooperation in the sector but rather a rapprochement in other areas within it. To reach this conclusion, the research evaluates the trends in Indo-Russian cooperation in security and defense, specifically in the areas of arms trade, joint investment and development projects, and the conduct of military exercises during the mentioned period.
Keywords: India, Russia, cooperation, security, defense.
introducción
Las relaciones bilaterales de la República de la India con la Federación de Rusia poseen un carácter histórico, que se remonta al contexto de las confrontaciones provocadas por la Guerra Fría. Desde la independencia de la India en 1947, el país eslavo ha sido uno sus principales socios. En este sentido, el acercamiento a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) se produce como resultado de una filosofía económica compartida basada en el sector público, acompañada de una amplia ayuda económica de la URSS a la India, la convergencia en sus políticas exteriores y el conflicto indo-pakistaní, en el cual Estados Unidos y China apoyaban a Islamabad (Sotés Morales y Menéndez, 2023). En consecuencia, el interés de la India en conseguir un aliado fuerte en el área, unido a la intención de la URSS de aumentar su influencia en dicho contexto histórico, consolidó las relaciones entre ambas naciones.
El alineamiento de los intereses y políticas de ambos Estados, sobre todo frente al conflicto indo-pakistaní, convirtió a la URSS en el principal proveedor de armamento de la India (Menéndez y Sotes, 2023). Asimismo, esta consolidación de las relaciones militares indo-rusas condicionó el respaldo mutuo en acciones como el ensayo nuclear indio en 1974 y la intervención soviética en Afganistán en 1979.
La caída del campo socialista llevaría al enfriamiento de las relaciones entre Moscú y Nueva Delhi. Esto provocó el establecimiento de acuerdos entre la India y potencias occidentales como Francia y Estados Unidos, con el fin de subsistir ante la transición que se produjo en la década de los años 90. Sin embargo, en los primeros años del siglo XXI se produjo una mejora en las relaciones indo-rusas, a raíz de la llegada de Vladimir Putin al poder. La postura contrahegemónica del mandatario ante el orden internacional unipolar condicionó el acercamiento a otras potencias, capaces de establecer un contrapeso hacia la hegemonía occidental. Ello condujo a la firma de la Declaración sobre la Asociación Estratégica India-Rusia, en el año 20001.
Este interés renovado ofreció considerables beneficios diplomáticos a la India, la cual contó con el apoyo ruso en su programa de armas nucleares y su campaña para obtener un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Sin embargo, el intercambio económico entre ambos Estados ha sido considerablemente inferior a los niveles alcanzados durante la Guerra Fría, a pesar de los notables esfuerzos realizados por Moscú y Nueva Delhi (Engerman y Bhardwaj, 2022).
A partir del año 2005, ambos gobiernos aumentaron la cooperación económica, científico-técnica, política y militar. En 2010, la interdependencia militar y la convergencia de posturas en cuanto a aspectos geoestratégicos de carácter regional e internacional, motivó la firma de la Asociación Estratégica Especial y Privilegiada entre Rusia e India. Este acuerdo aseguró los privilegios de la nación surasiática en el mercado ruso y, en consecuencia, benefició las relaciones de cooperación y comercio militar.
La alianza indo-rusa se ha caracterizado por mantenerse sólida en el área de seguridad y defensa, siendo la transferencia de material bélico ruso hacia la India su aspecto más importante. Sin embargo, el ascenso de Nueva Delhi como potencia regional ha sido testigo de una notable disminución de la compra de armas a Rusia a partir del año 2018. Ante este fenómeno, varios estudios, como los realizados por Warren y Ganguly (2022) y Verma (2023), han determinado que dicho descenso podría significar el debilitamiento de las relaciones entre India y Rusia.
En consecuencia, el objetivo de la presente investigación consiste en analizar las tendencias de la cooperación indo-rusa en materia de seguridad y defensa durante el período 2018-2022, así como sus factores políticos.
desarrollo
Transferencia de armas de
Rusia a la India durante el
período 2018-2022
Durante el período 2018-2022, si bien las importaciones de armamento realizadas por la India mantuvieron a Rusia como su principal proveedor, se produjo una reducción significativa de estas, en comparación con el lapso 2013-2017. En ese sentido, el valor del material bélico suministrado disminuyó aproximadamente un 42,5%, pasando de US$ 10.108 millones, a US$ 5.808 millones. Ello implicó, además, que la cuota correspondiente a los suministros rusos representara el 40,5% de las importaciones totales, en contraste con el 61,7% del lustro anterior (Stockholm International Peace Research Institute [SIPRI], 2024). Esta disminución en la transferencia de armas de Moscú hacia Nueva Delhi ha sido condicionada fundamentalmente por la política de industrialización y de sustitución de importaciones implementada por el gobierno de Narendra Modi a partir de 2014, junto con la tendencia de la India a diversificar sus proveedores de armas.
En primer lugar, la política de industrialización y de sustitución de importaciones se caracteriza por haber sido uno de los programas clave de la gestión del Bharatiya Janata Party. Para ello, en 2014 lanzó la iniciativa Make in India, dirigida a convertir al país en un centro de fabricación industrial global, mediante la inversión extranjera directa en distintos sectores industriales. Este proyecto se propuso incrementar el crecimiento del sector industrial en un 12-14% anual, crear 100 millones de empleos, y aumentar la contribución del sector manufacturero al PIB en un 25% para el año 2022 (Babu, 2020). Sin embargo, esta iniciativa quedó estancada en el contexto de la pandemia de COVID 19. Con el fin de estimular el proceso de industrialización pendiente, se lanzó en 2020 el proyecto Atmanibhar Bharat2, que tampoco ha logrado los resultados esperados.
A pesar de que estas iniciativas no cumplieron los objetivos declarados por el gobierno de Modi3, sí tuvieron un impacto considerable en la industria de defensa india, especialmente durante el período estudiado. Para el año fiscal (FY) 2021-22, el valor de la producción de la industria de defensa india se había incrementado casi en un 33%, en relación con el FY 2017-18 (Sun, 2024). Esto le permitió al Estado indio reducir las importaciones totales de armamento en un 12,4% (SIPRI, 2024).
En segundo lugar y en consonancia con su política de multialineamiento, la India se ha esforzado por diversificar sus proveedores de armas, en su mayoría potencias occidentales o Estados alineados a estas. De esta forma, Nueva Delhi garantiza su autonomía estratégica y se asegura de no depender exclusivamente de un solo centro de poder para su seguridad, dados los profundos vínculos de Beijing con Moscú, frente al interés indio de ejercer un contrapeso geopolítico hacia China.
El hecho más destacado que esta política tuvo en la transferencia de armas hacia la India, fue el ascenso de Francia como segundo mayor proveedor del país surasiático, durante el período de estudio. La importancia de que el país galo ocupara esta posición radica en la magnitud del aumento de sus exportaciones armamentísticas hacia la nación subcontinental. En tal sentido, durante el período 2018-2022, el valor de las importaciones provenientes de Francia alcanzó la cifra de US$ 4.421 millones, lo que representó un aumento del 587.9% con respecto al 2013-2017. De esta forma, Francia abarcó el 30,8% de las importaciones totales de Nueva Delhi, acercándose al 40,5% de Rusia, e incluso alejándose notablemente de Estados Unidos e Israel, tercer y cuarto mayores proveedores, quienes ocuparon solo un 12,1% y un 8,4%, respectivamente (SIPRI, 2024).
Ascenso de los proyectos de inversión y desarrollo conjuntos India-Rusia
Ante la reducción de las importaciones rusas de armamento por parte de la India, la colaboración indo-rusa experimentó una ampliación de la inversión y el desarrollo de forma conjunta en el ámbito defensivo, lo que pudiera entenderse como una evolución de los vínculos bilaterales en materia militar. Así, India garantiza el abastecimiento de sus necesidades armamentistas mediante la producción nacional de material bélico de naturaleza rusa, para los cuales se pronostica una vida útil de 15 a 35 años (Lalwani et al., 2021).
Como muestra de ello, está el desarrollo y producción de tecnologías y sistemas defensivos avanzados como el proyecto del misil crucero “BrahMos”, diseñado y fabricado por la empresa conjunta BrahMos Aerospace, creada en 1998 con el fin de desarrollar sistemas de misiles de crucero de precisión. Es una de las empresas de diseño y fabricación de sistemas de misiles supersónicos más importantes del mundo y principal proveedor del Ministerio de Defensa de la India. Este misil universal tiene un costo unitario cercano a US$ 5 millones y es único en su tipo según Alexandr Máksichev, director general de dicha empresa. Además, tiene gran importancia para la nación india, no solo por su valor comercial, sino también por el defensivo, pues es de las principales armas de ataque de las Fuerzas Armadas Indias (Sputnik, 2022).
El desarrollo de este misil de forma conjunta con Rusia, permitió a India el acceso a la tecnología relacionada con el tratamiento de misiles. Ello posibilitó a la Organización de Defensa e Investigación y Desarrollo (DRDO) india, utilizarla de forma autóctona para el misil Agni- I, también de fabricación nacional (Lalwani et al., 2021).
Otro de los principales logros de la asociación entre India y Rusia, es la producción bajo licencia del fusil de asalto ruso AK-203 como parte de la iniciativa Make in India. El acuerdo, firmado en 2021, estipula que la producción conjunta de estos fusiles alcance la cifra de US$ 596 millones. Estas armas se encuentran a cargo de otra empresa de inversión conjunta radicada en la India, la Indo-Russian Rifles Private Limited. El fusil AK-203 está destinado a la modernización y potenciación de la fuerza de fuego de las tropas indias, y hasta julio de 2024 se han entregado al ejército indio un total de 35 mil unidades (Peri, 2024).
Adicionalmente, se encuentra el acuerdo firmado entre Nueva Delhi y Moscú para que Hindustan Aeronautics Limited (HAL) fabrique el avión Su-30MKI en el marco de una “licencia profunda”, en 2017. Se consideró un avance significativo, pues la India podría fabricar en el país todos los componentes del avión de combate polivalente, incluido el motor. Este caza ruso, con partes israelíes y francesas, se convirtió finalmente en el avión de primera línea de las Fuerzas Aéreas indias. A pesar de ello, el programa de esta aeronave ha sido catalogado de “error” por algunos funcionarios de defensa indios. Estos alegan que la producción bajo licencia sin transferencia de tecnología limita el fomento de la capacidad para fabricar de forma autóctona los aviones de combate (Lalwani et al., 2021).
Asimismo, se encuentran en activo contratos de transferencia de armamentos y tecnologías militares. Ejemplo de ello es el de transferencia por parte de Rusia de ocho sistemas de defensa aérea de largo alcance S-400, por valor de US$ 5000 millones. Las primeras entregas arribaron a India a finales de 2021, junto a cuatro fragatas y un submarino de propulsión nuclear, también provenientes del gigante eslavo.
De igual modo, actualmente existen contratos para la formación de efectivos del ejército indio en los Establecimientos Educativos Militares del Ministerio de Defensa ruso. Todo esto es dirigido y supervisado desde la Comisión Intergubernamental de Cooperación Técnico Militar (IRIGC-MTC), copresidida por los ministros de Defensa de ambos países y sus respectivos Grupos y Subgrupos de Trabajo.
Participación de India y Rusia en ejercicios militares bilaterales (2018-2022)
La realización de ejercicios militares entre India y Rusia constituye otro campo en el cual se ha estrechado la colaboración militar indo-rusa durante el período 2018-2022. Su ejecución obtuvo un carácter sistemático a partir de 2005. Sin embargo, no es hasta 2010 que estos adquieren mayor importancia en la agenda de cooperación indo-rusa, a raíz de la actualización de la Asociación Estratégica Especial y Privilegiada (Sotes y Menéndez, 2023). En este sentido, ambas naciones han participado en varias maniobras, tanto bilaterales como multilaterales, entre las cuales se destacan los ejercicios Indra, Tsentr y Vostok.
El Ejercicio Indra, de carácter bilateral, surge en el año 2003 con el objetivo de actuar en respuesta a las acciones terroristas que se estaban desarrollando en Asia Central. Ello ocurre en un contexto de auge del yihadismo islámico, al que se une la existencia de grupos paramilitares en las regiones de Afganistán y Pakistán, además de una presencia notable de actores externos. Esto condicionó que la región centroasiática se incluyera en las agendas de defensa rusa e india (De Pedro, 2009).
La realización del Ejercicio Indra adquirió mayor importancia a partir del año 2005 con el fortalecimiento de las relaciones de defensa y seguridad indo-rusas. Desde esta fecha dicho simulacro asume, como otro de sus objetivos fundamentales, preparar a las tropas para mejorar la cooperación entre las dos fuerzas armadas y fortalecer la confianza política mutua (Unacademy, 2021). De todas formas, Indra adquirió aún mayor connotación a partir del año 2017, cuando amplió su campo de acción con la inclusión de la “actividad tres servicios”4 (Testbook, 2023).
La realización del Ejercicio Indra, en el período comprendido en la presente investigación, se ha caracterizado por el estrechamiento de las relaciones entre las Fuerzas Armadas rusa e india. Los simulacros realizados desde 2018, han incrementado la capacidad de las dos naciones para responder a las acciones terroristas en el territorio transnacional, así como los niveles de planificación y de actuación coordinada en aras de mejorar la interoperabilidad de ambos ejércitos para mantener la estabilidad y la paz en la región (Unacademy, 2021), al igual que para fortalecer sus posiciones geopolíticas.
Asimismo, la ejecución de Indra es muestra de los intereses geoestratégicos que tienen Rusia e India en la región asiática. El carácter anual de dichas maniobras y la actuación conjunta de ambos ejércitos, en los espacios terrestre, marítimo y aéreo, reflejan el poderío militar alcanzado por ambos y sus intenciones de cooperar en aras de incrementar su influencia a nivel regional.
En cuanto a los simulacros Tsentr y Vostok, ambos forman parte de un conjunto de ejercicios a gran escala organizados en el territorio ruso y que paulatinamente han ido incluyendo a países que comparten frontera con la nación eslava. India, dadas sus estrechas relaciones con Rusia, ha participado en las ediciones Tsentr-2019 y Vostok-2022.
Ambas ediciones tuvieron la particularidad de que asistieron los Estados miembros de la Organización de Cooperación de Shangái (OCS), incluidos China y Pakistán, naciones que mantienen una relación de rivalidad con Nueva Delhi. En dicho contexto, la participación de la India en los simulacros fue muestra de su interés por ser un miembro activo de la OCS, así como por no perder espacios de cooperación con Rusia frente a Beijing e Islamabad.
No obstante, la participación de India en el ejercicio Vostok-2022 no fue tan activa como en la edición de Tsentr en 2019, ello debido al contexto de tensión internacional imperante. El simulacro multilateral fue convocado por Rusia luego del inicio de la guerra en Ucrania, lo cual puso en alerta a los países de Occidente. En consecuencia, el Ministerio de Defensa de la nación asiática envió al evento a un contingente de 75 soldados y evitó realizar pronunciamientos de apoyo explícitos (Concatti, 2023), como reflejo de la postura neutral asumida por esta respecto al conflicto bélico.
En este sentido, la asistencia de India al ejercicio, pese a los intentos de presión de Estados Unidos, constituye una muestra de la negativa de dicho país a condenar a Rusia por sus acciones en Ucrania. Esta postura ha permitido que ambas naciones mantengan en buen estado las relaciones de cooperación en materia de seguridad y defensa.
En resumen, el terrorismo transnacional en la región de Asia Central ha sido un factor determinante en la cooperación indo-rusa para la realización sistemática de ejercicios militares conjuntos. Asimismo, la constancia en la ejecución del Ejercicio Indra, es muestra del interés de ambas naciones por perfeccionar y aumentar la cooperación y la complementariedad de sus Fuerzas Armadas.
De igual forma, la participación de la India en simulacros multilaterales organizados por Rusia, pese a que estos incluyan a naciones rivales, refleja la voluntad política de ambos Estados de mantener un vínculo estrecho en cuanto a cooperación militar. Sin embargo, su postura reservada ante el ejercicio Vostok 2022 demuestra que la nación surasiática no tiene pensado asumir una posición que pueda poner en peligro sus relaciones con Occidente.
Factores políticos de la
cooperación indo-rusa en
seguridad y defensa
Además de los aspectos militares de la cooperación bilateral en seguridad y defensa de ambos Estados, existen varios factores políticos que fomentan el fortalecimiento de estos vínculos. Por un lado, y a raíz de su condición de poderes regionales, India y Rusia defienden la idea de un orden internacional multipolar, pues la existencia de hegemones globales es percibida como una amenaza para su seguridad nacional (Kumar y Atri, 2023). Por otro lado, esta convergencia en la visión sobre el orden internacional, junto con sus antecedentes históricos, favorecen el respaldo mutuo por parte de Nueva Delhi y Moscú, en la consecución de sus respectivos intereses nacionales.
Para el gobierno de Modi, Rusia juega un papel importante en el fortalecimiento del estatus de la India en las instancias multilaterales contrahegemónicas, fundamentalmente en la OCS y el Diálogo Trilateral Rusia, India y China (RIC). En ese sentido, el vínculo con la nación eslava garantiza la concurrencia del país surasiático en las dinámicas de Asia Central, a la vez que sirve de contrapeso a la influencia de China, país rival de Nueva Delhi.
La incorporación de la India a la OCS como miembro pleno ocurrió en el año 2017, bajo el amparo de Rusia. Esta decisión estuvo precedida por debates internos entre los miembros permanentes, debido a las implicaciones positivas y negativas que podría acarrear5. La nación eslava apoyó su admisión con el objetivo de equilibrar la influencia de China en la organización, fundamentalmente, debido al poder económico y militar del nuevo miembro en cuestión (Ospina Cruz, 2020).
Para Nueva Delhi, el ingreso al organismo significó una oportunidad de promover su agenda en contra del terrorismo transfronterizo proveniente de Pakistán. Asimismo, ha percibido a la organización como un puente importante hacia los Estados de Asia Central, lo que le permitirá obtener una posición relevante en la seguridad de la región (Concatti, 2023). Además, la OCS ha servido como plataforma de diálogo sino-indio, a través de la cual las diferencias entre ambos Estados puedan minimizarse (Kumar y Atri, 2023).
Por su parte, la iniciativa del RIC fue promovida por el presidente Vladimir Putin en un contexto de relativo debilitamiento de los vínculos de Estados Unidos con sus socios, como consecuencia de la política exterior implementada por Donald Trump. En lo que respecta a la India, su acercamiento hacia el RIC se vio condicionado por la política republicana de promover la retirada de Afganistán. A partir de ese momento, se produjeron varios encuentros trilaterales, entre los que se destacan las cumbres informales de Narendra Modi con sus homólogos y en la cumbre informal de Sochi, ambas realizadas en 2018. En junio de 2020, Rusia organizó una cumbre virtual de los ministros de relaciones exteriores del RIC.
En este caso, se aprecia el papel de Rusia como puente entre China y la India, dados sus fuertes vínculos con ambos países. Ello se explica por el interés del país eslavo en disminuir al mínimo posible las tensiones existentes entre Nueva Delhi y Beijing, debido a que un conflicto entre las dos potencias colocaría a Moscú en una posición vulnerable, pues depende de su apoyo para contrarrestar la influencia de los poderes occidentales. Además, el RIC provee a la India de una oportunidad para influir en las dinámicas sino-rusas, pues resulta de interés para la nación surasiática evitar que el Estado euroasiático caiga bajo la influencia china, y que ello suponga un peligro para sus relaciones con este (Kumar y Atri, 2023).
Asimismo, vale destacar la postura de la India ante la guerra ruso-ucraniana, iniciada en febrero de 2022. De manera general, esta ha consistido en mantener una posición contraria a la guerra y a favor de solucionar el conflicto a través del diálogo y la vía diplomática. Al mismo tiempo, se ha negado a formar parte de la iniciativa promovida por Occidente de condenar al gobierno ruso como único causante de las hostilidades, como tampoco se ha sumado al sistema de sanciones que se han impuesto contra el país eslavo.
Sin embargo, el vínculo de seguridad indo-ruso no está exento de posibles amenazas, las cuales han adquirido cierta connotación luego de la intervención rusa en Ucrania y la posterior campaña de aislamiento internacional promovida por Occidente contra Rusia. Los perjuicios económicos sufridos por Moscú como consecuencia de esta, han provocado que fortalezca sus vínculos con China y que inicie cierta colaboración militar con Pakistán, lo que pone en alerta la seguridad de Nueva Delhi. A su vez, ante el ascenso de China como nuevo poder global, la India ha profundizado sus lazos de seguridad con Occidente, compartiendo el marco político del Indo-Pacífico Libre y Abierto. Si bien el gobierno de Modi ha declarado que su visión sobre este concepto no posee una retórica confrontacional, ha despertado cierta preocupación por parte del Kremlin (Kumar y Atri, 2023).
conclusiones
La cooperación indo-rusa en materia de seguridad y defensa constituye una de las esferas más importantes de las relaciones bilaterales entre ambos países. Durante el período comprendido entre 2018 y 2022, la cooperación en esta área se caracterizó por el papel de Moscú como principal proveedor de material bélico de Nueva Delhi, el fortalecimiento de los proyectos de inversión y desarrollo conjunto de la industria armamentista en territorio indio y por el perfeccionamiento de los ejercicios militares bilaterales y la participación de India en simulacros multilaterales organizados por Rusia.
Si bien la mayor cantidad de armamento importado por la India provino de Rusia, las importaciones se vieron afectadas negativamente por la política de industrialización y de diversificación de proveedores implementada por el gobierno de Narendra Modi. Sin embargo, esto no implica una desvinculación por parte de la India del empleo de material ruso, pues ambos países han consolidado los proyectos de inversión y desarrollo conjuntos, dirigidos a mejorar la capacidad de producción militar india, mediante la transferencia de tecnología proveniente de Moscú.
La ejecución de ejercicios militares conjuntos (bilaterales y multilaterales) es otra muestra de la voluntad, tanto de India como de Rusia, de profundizar la cooperación bilateral en el área. De esa forma, se garantiza el fortalecimiento de las relaciones entre las Fuerzas Armadas rusa e india, así como la capacidad de planificación y de actuación coordinada en aras de mejorar la interoperabilidad de ambos ejércitos para mantener la estabilidad en la región. Ello se complementa con una convergencia de intereses desde el punto de vista geopolítico y geoestratégico.
Las visiones compartidas que ambos países poseen sobre el orden internacional multipolar y la importancia que el vínculo indo-ruso tiene para garantizar la defensa de los intereses nacionales de ambos Estados, condiciona que se desarrolle una amplia colaboración en el plano multilateral. Así, Rusia promueve la participación de Nueva Delhi en organismos como la OCS y el Diálogo RIC, con el objetivo de fortalecer sus vínculos bilaterales, a la vez que se esfuerza por establecer mecanismos de diálogo para reducir las tensiones que existen entre esta última y Beijing. La India, por su parte, garantiza su autonomía estratégica, al participar en varios bloques de poder, lo que le permite fortalecer su posición frente a la creciente influencia global de China.
Pese al sólido vínculo que mantienen India y Rusia, estas relaciones no están exentas de posibles amenazas. El fortalecimiento de las relaciones chino-rusas y el aumento de la colaboración militar con Pakistán, como medidas para contrarrestar la política de aislamiento impulsada por Occidente a partir de la intervención militar rusa en Ucrania, constituyen desafíos para la seguridad india. Asimismo, el acercamiento de Nueva Delhi a Occidente en cuestiones de seguridad, compartiendo el marco político del Indo-Pacífico Libre y Abierto, resulta preocupante para Moscú.
referencias
bibliografía
notas